El Derecho a la intimidad

Companys...

Seguro que todos habréis oído el contencioso de Telma Ortiz (la herrrmanísima de la Princesa Leya-ticia), acerca del derecho a su vida privada.

Resumiendo, ella se queja (pobrecita, si todo le sale mal, de qué trabaja?) que su vida es un infierno, que por ser la hermana de la princesa no la dejan tranquila, y que es noticia hasta ver cómo se pone las gafas.... Pues bienvenida al mundo real!!!! O acaso lees el Science mientras te hacen la permanente, premio nobel? Pero claro, ahora que ha perdido, y le calzan las costas del juicio, por valor de 50.000 Ebros, ¿cómo lo va a pagar, si es sólo la hermana de? Pues lo pagará JuanCarlos, es decir, nosotros, y si no lo paga él, pues venderá la exclusiva del niño y a cascarla.

Entonces, ¿y la intimidad? Ella dice que sólo puede salir en actos públicos (leed el del acto), pero que no quiere salir si va a por el pan. Y es que, ¿a quién coño le interesa si compras el pan o te lo haces en casa?

Seguro que muchos pensaréis que es culpa de esa tropa de bujarras y verduleras que se autodenominan "periodistas" porque llevan 30 años dando por culo a todo famoso, famosillo y famosete (J.M. García dixit) y llenando de mierda la televisión y la prensa rosa, que será rosa en honor a el color de la garganta, porque da arcadas. Básicamente, para dedicarte a ello tienes que saber gritar, no escuchar, hablar por encima de los demás, descalificar, ofender, faltar, humillar, y todo con la mayor dignidad del mundo, y sobretodo, haciendo gala de tu profesionalidad...

Pues no. Porque siguiendo lo que pide ella, cada uno es libre para ser lo que quiera, y si les llena amargar la vida a los demás, pues enhorabuena. O acaso no lo hacen los municipales, Hacienda, el mecánico, etc etc?

Los que realmente tenemos la culpa somos todos, y digo TODOS porque, ¿quién no ha visto alguna vez Salsa Rosa, con el presentador que entre pala y pala aparcaba el coche?¿ O Dónde estás corazón, con el guaperas que te vende de todo entre entrevista y entrevista?, aunque este tiene algo de pase porque hay un sos-pichoso que te tira el hacha, y cualquier día tiene que cojer la baja por desgarro a traición.

¿Y las revistas? ¿O es que en vuestra casa NUNCA ha habido los míticos semanarios que te enseñan las casas de los ricos (que tú nunca tendrás), las operaciones de los famosos (que tú nunca te podrás hacer) o los cotilleos que no interesan a nadie pero que dan dinero a espuertas?

Mención a parte merece el desaparecido Aquí hay tomate, con la tetona lerda y el Señor de las Plumas, que se hartaron de humillar en horario infantil a todo el mundo, hasta que lo pillaron borracho en el día del Orgullo Gay y le dieron a probar su misma medicina. Una pena, porque si el tío hubiera sabido aguantar lo que él hizo antes, ahora estaría presentando las noticias.

Porque hasta en esto todos somos embusteros. Antes sólo veíamos los documentales de la 2. Ahora, con el digital, todos vemos el National, el Cnal Historia o el Discovery. Y una mierda!!! Porque los shares (el índice de audiencia ) os pilla, troleros. Si los programas de cotilleos se vieran tan poco como la gente dice, haría tiempo que ya no estarían en parrilla (como SuperAguri).

La verdad es que somos unos enfermos. No podemos estar sin ver toneladas de mierda semana tras semana, disfrutamos con las miserias ajenas, nos encanta ver como humillan a la gente que va al programa por dinero, el dinero que tú proporcionas viéndolo. Y ver fotos robadas en las revistas, lo mejor. Cuanto más nos metamos en la vida de la gente, más nos mola, y si es sin permiso, mejor.

Ahora nos ponemos en el sitio de una tía que, por ser hermana de la princesa, te agobian hasta la muerte. Si no hubieras vendido exclusivas no te pasaría esto, imbécil. Haberlo pensado antes, cuando te dieron un pastón por salir en una revista. Otro caso, y ahora en serio, es la de su hermana, que no pudo con la presión (que no buscó) y que acabó con su vida. No penséis que fue culpa de la prensa, repito, fue culpa de todos nosotros por comprar revistas y ver la tele.

Otro caso distinto es el de Buenafuente, que nunca ha dado una pero sale enseñando el culo y la tripa en una revista. Bueno, en realidad vive de su imagen, así que seguro que, a la larga, le ha beneficiado. Es más, se supo reír de ello en su momento, con lo cual, si os dáis cuenta, ya no lo agobian.

Mención aparte merecen los freaks. Esos enfermos que, por salir en las revistas y en la tele, son capaces de hacer montajes, operarse, contar hasta los pedos que se tiran o a quién se tiran para tener sus 5 minutos de gloria. Lo ideal sería que, si hay freaks que quieren salir, ¿por qué no bastan estos? Así todos contentos, ¿no?.

Estoy escribiendo esto con mi trun al lado, y ya ha generado polémica.

Espero respuestas.


La Carrrpa